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La energía de tu pasión

La ira te da energía, pero no es energía positiva ni tampoco demasiado efectiva. Actuando movido sólo por la ira, la frustración, el miedo o el resentimiento y a pesar de que tus acciones podrían ser intensas, no te harían avanzar realmente.

Es mediante acciones tranquilas y meditadas, guiadas por un propósito concreto y determinado, que lograrás verdaderos progresos. En lugar de andar sacudiéndote por ahí con tu pasión en estado primitivo, opta por aprovechar esa energía aplicándola de maneras inteligentes y relajadas.

Puedes armar un gran escándalo, o puedes marcar una gran, sustancial diferencia. Pero por lo general lo que no puedes es hacer ambas cosas a la vez.

Si te importa lo suficiente como para enojarte, entonces puedes dedicarte lo suficiente como para dirigir la energía de tu enojo en una dirección determinada y bien enfocada. Si te importa lo suficiente como para sentirte frustrado, entonces puedes esforzarte lo suficiente como para trascender esa frustración hacia un estado de ánimo más efectivo.

Siente la energía de tu pasión y usa esa poderosa energía. Pero no le permitas empujarte a tomar malas decisiones ni a levar a cabo acciones destructivas.

Dedica algo de tiempo y de atención a la manera en que expresas los apasionados sentimientos que provienen de tu propósito. Y exprésalos de las maneras más positivas y efectivas que puedas.

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