Serie de milagros

Este día no es nada menos que un milagro. Tu vida es mucho más que un milagro.

Sentir el calor del sol en tu rostro parece algo tan simple. Y sin embargo esa pequeña experiencia resulta posible por un conjunto inimaginablemente complejo y profundo de factores, todos confluyendo juntos en un único instante.

Y entonces, cuando un asombroso y fascinante momento termina, otro acaba de empezar. Hasta la más aparentemente común y corriente de las vidas constituye una serie de magníficos milagros, cada uno rápidamente seguido de otro.

Todo resulta demasiado fácil como para darlo por sentado. Y el mero hecho de que puedas darlo por sentado es, en si mismo, algo sorprendente.

No puedes llegar a valorar todo lo que sucede en la maravilla en la cual estás inmerso. Y por eso, no existen límites respecto de cuánto puedes llegar a apreciarlo.

Aunque te sientas constantemente agradecido, siempre habrá más cosas por agradecer. Aunque sepas que las cosas te van bien, jamás serás plenamente consciente de lo bien que te van las cosas.

Celebra los milagros que llegan a ti a cada instante, en el marco del milagro global que constituye tu vida. Y mientras cada instante se va desvaneciendo, ya tienes allí otro listo para empezar a celebrar.